"Porque en Él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean Tronos, sean Dominios, sean Principados, sean Potestades; todo fue creado por medio de Él y para Él".
Colosenses 1:16
Dominaciones o Dominios: Las Dominaciones se encargan de cuidar el buen curso de la religión y vida espiritual de los seres humanos, intentando infundir en los hombres ideas rectas y provechosas.
Uno de ellos, Zaquiel, detuvo la mano de Abraham cuando iba a matar a su hijo Isaac. Sin embargo, ellos sólo muestran el buen camino a los hombres, pero no pueden forzarlos a seguirlo. En otras palabras, son consejeros espirituales que respetan el libre albedrío de los hombres, quienes muchas veces prefieren actuar mal antes que escuchar sus consejos.
Virtudes: Llenos de energía vital, representan la inclinación del hombre hacia las cosas sanas y agradables de la vida, como la solidaridad, el amor, la procreación y la alegría. Estos son los valores que las Virtudes transmiten a los humanos. Estos valores, a su vez, hacen satisfactoria las obra del hombre. En la Antigüedad, cuando se sufría languidez, pereza, nostalgia, abandono o tristeza era normal atribuirlo a la ausencia de Virtudes.
Potestades: Son guerreros de orden menor pero de gran importancia, porque proveen ánimo en la lucha diaria y cotidiana del hombre. Transmiten la fuerza necesaria para mantener la voluntad requerida en el enfrentamiento ante las tentaciones que se presentan en el camino del hombre. Los pequeños detalles de la vida están adscritos a las Potestades, los triunfos del día a día que se van sumando a la labor del ser humano. Uriel es su arcángel y, a la hora de la batalla, son infinitas las cantidades de Potestades que lo acompañan para luchar contra las fuerzas del mal.