El Espiritismo no es solo prender una vela y fumar un tabaco.

Las misteriosas hermanitas Bodmer

"Niñas encarnadas en el Corazon de los Bogotanos"


      Al final del corredor central del cementerio en Bogota, a mano derecha en toda la esquina, y también bajo los dos pinos que orientan a sus visitantes, se encuentra el mausoleo de las cuatro hermanitas Bodmer. La historia de estas tres niñas es la más difícil de encontrar. No hay más que rumores de cómo murieron: nada en los archivos, nada en las academias y bibliotecas.

      Su mausoleo es una pequeña montaña de cemento pintado de blanco que cubre los cajones de mármol del mismo color donde reposan sus cuerpitos. En su cima, se erige la estatua dorada de dos de ellas: Elvira y Victoria, casi en tamaño natural. Es por esto que quedan más altas de quienes les rezan. La estatua del lado derecho está arrodillada y mira hacia arriba a la cara de su hermana que está de pie. Esta última levanta su mano izquierda y señala con su dedo índice al cielo. Las dos tienen el cabello suelto y ondulado, y tienen un vestido a la rodilla muy parecido. “Fueron las delicias del hogar”, dice en su mausoleo.

      Muchas personas se arriman al pie de la reja que las protege. Allí les hacen su petición, y les dejan “colombinas y bombones”.

      El Cementerio Central es de dos manzanas de grande, y en toda esta extensión, son muy pocas las tumbas o mausoleos que tienen estatuas. Es muy probable que estas hermanitas hayan sobresalido por esto y por el curioso dato de que murieron el mismo año -1903-, con un día de diferencia. Muchos dicen que son gemelas, sin advertir que una es mayor por un año, según sus obituarios.

      De esta fe popular nacen dos rumores de cómo murieron las hermanas. El más recurrente entre sus adoradores es que murieron quemadas. Su mamá las dejaba encerradas en una pieza, y allí las alcanzó un incendio. La otra razón, menos difundida, es que fallecieron de una enfermedad en la sangre y que una madre cuyo hijo tenía este mismo mal, les pidió por su recuperación, y ellas le cumplieron. El niño misteriosamente se curó. Puede ser por esta historia que madres y padres les piden por la salud de sus hijos.

      Ambos rumores se fueron regando entre los visitantes del cementerio y cada vez más gente llegó a rezarles.

      Por no saber cómo murieron, o más aún, por suponer que murieron quemadas, por pensar erradamente que son gemelas, porque fallecieron con un día de diferencia, porque son niñas y tienen una estatua, los devotos populares piden favores y milagros a las infantes.

Al cerro de María Lionza o montaña de Sorte acuden muchas personas durante el año. En especial los días de San José, la Virgen de Coromoto, la Virgen del Carmen y el 12 de octubre.es un sitio religioso-espiritista de Venezuela ubicado en un sector montañoso del estado Yaracuy, en la Serranía del Interior y muy cerca de Chivacoa, en Venezuela. En el sitio se venera a lo que algunos locales consideran una diosa indígena, un personaje conocido como María Lionza que es muy visitado por algunos peregrinos en Semana Santa. Los creyentes eligen un rincón en el bosque o un recodo en el río para construir un altar desde donde invocarla. Normalmente lo decoran con fotografías, figuras y estatuillas, vasos con ron o aguardiente, cigarrillos en cruz, flores y frutos.
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