El Ánima de Mata e’ Silva
Idiosincrasia Apureña

Los llanos de Apure están plenos de leyendas, mitos y creencias que responden a la muy particular idiosincrasia del habitante de esas tierras. Abundan en Apure leyendas y creencias populares que se han incorporado a la práctica religiosa aceptada.
Una de esas creencias populares apureñas es El Ánima de Mata e´ Silva. A dicha alma se le atribuyen numerosos milagros; principalmente de salud y solución de otros graves problemas. Los devotos refieren que el ánima mora en la Mata conocida como Mata e’ Silva. Esa Mata está atravesada por la carretera asfaltada que une a Achaguas con Mantecal. En dicho bosque se halla a la vera de la carretera, una hermosa capillita, constituida por una puerta principal y dos ventanas al frente; a ambos lados de la misma se hallan sendos corredores techados con láminas de zinc galvanizado. El recinto principal tiene aproximadamente dos metros y medio de ancho, por tres de largo. Los corredores sirven de sitio de espera y rezo para los peregrinos. Dentro de la capillita, se observan permanentemente gran cantidad de cirios encendidos tamaños en demostración de la fe de los agradecidos devotos.
Se cree que el Ánima de Mata e’ Silva, es el alma de un ganadero tachirense, cuyo nombre todavía se desconoce y quien perdió violentamente la vida en ese sitio a manos de un baquiano traidor. Dice la leyenda que en el año 1923, el mencionado ganadero (propietario de varias haciendas) vivía en San Cristóbal. Entonces, Eustoquio Gómez, era Presidente del Estado Táchira y su hermano Juan Vicente Gómez, el amo de toda Venezuela; desde Caracas el dictador (a través de su hermano) le propuso al hacendado que le “vendiera” la mejor de sus propiedades. El ganadero se negó a “vender”, primero porque no necesitaba ese dinero; segundo porque todas las ofertas de "El Bagre", eran muy por debajo del valor de la propiedad y tercero porque ésa hacienda no estaba en venta. El hacendado, quien conocía como actuaban los Gómez y como alguien le informó que por negarse a venderle su propiedad al dictador; su hermano, Eustoquio Gómez iba a buscar algún pretexto para meterlo preso, acusándolo de enemigo del gobierno, optó por marcharse de esa población.
Dándose cuenta de su comprometida situación, el ganadero salió desesperado de San Cristóbal, iba buscando el camino de Apure por la vía de Barinas, pasando por Santa Bárbara. A caballo y con una mula arrebiatada se encontró en su periplo con un extraño individuo quien se ofreció a acompañarlo.
Dice la leyenda que por los llanos de Barinas, atravesaron esteros, matas y vadearon lagunas, hasta llegar al Paso El Guamo, cerca de la población de El Samán de Apure, donde un canoero los pasó. Para ese entonces esa población era un caserío y un paso de ganado que pertenecía al municipio Apurito del Estado Apure.
Al llegar a El Samán, el ganadero conoció al señor Olimpo Figueredo, oriundo de Ortiz, Estado Guárico, quien desde hacía años se había establecido en esa población. Don Olimpo, era un hombre honorable y hospitalario; en ese sentido le ofreció al andino, que se hospedara en su propiedad, conocida como Hato Benitero. Después que el forastero le contó al hatero sus problemas, éste le dijo que lo enviaría a Colombia con un baquiano pero que tendría que esperar hasta el mediodía porque estaban tirando un ganado.
Dado que el Hato no estaba lejos, Don Olimpo, le expresó al andino que se adelantara y se llevara un pedazo de carne, explicándole cómo llegaría a su posesión. El andino y su baquiano no encontraron el desvío hacia Benitero. Extraviados y extenuados vieron a lo lejos una Mata, donde resolvieron pernoctar y proseguir por la mañana el viaje rumbo al hato. Al llegar a la Mata, desensillaron las bestias, colgaron los chinchorros e inmediatamente comenzaron a asar la carne que les había dado Don Olimpo.
Duerma - Dijo el baquiano -Usted debe estar más cansado que yo, duerma que yo aso la carne. El ganadero se quedó dormido, mientras que el malhechor aprovechó la ocasión para asesinarlo. Asimismo se sirvió de la candela para incinerar el cadáver. Rápidamente reinició el camino; ensillando y montando el caballo de la víctima, al que arrebiató la mula.
Como a las tres de la tarde de ese día, Don Olimpo, llegó a su propiedad y preguntó a los peones si habían llegado dos viajeros, la cocinera le respondió que nadie había aparecido por allí. Un peón llamado Alejandrito Solórzano, le dijo que cerca de Mata e’ Silva había visto a un solo hombre con dos remontas, en un caballo castaño y una mula amarilla y que por el modo de acomodarse la silla era guate. Don Olimpo y sus peones, se dirigieron presurosos al lugar indicado a averiguar lo que ocurrió. En el sitio señalado hallaron al homicida, quien confesó tranquilamente que había dado muerte al andino, de allí se trasladaron a Mata e’ Silva, donde se percataron que del occiso solo quedaban los huesos calcinados. Disgustado Don Olimpo, ordenó a sus peones que echaran la osamenta en un saco y se la pusieran encima al malhechor a quien llevaron arreado hasta la población de Apurito, donde fue confinado en un calabozo junto con los huesos. Se dice que esos restos se hallan sepultados en el cementerio de Apurito, aunque se desconoce el sitio exacto. De ese espantoso hecho, ocurrido hace ochenta y nueve años se desconocen los nombres de la víctima y del victimario.
Mata e ´Silva está ubicada en los predios de las sabanas del Hato El Frío del Estado Apure. La capilla de este santuario fue construida en el año 1981 y bendecida el 8 de julio de ese mismo año por el padre Alfonso Casallas, quien ofreció ese día una misa de réquiem, por el eterno descanso del alma del desconocido ganadero tachirense.
Al cerro de María Lionza o montaña de Sorte acuden muchas personas durante el año. En especial los días de San José, la Virgen de Coromoto, la Virgen del Carmen y el 12 de octubre.es un sitio religioso-espiritista de Venezuela ubicado en un sector montañoso del estado Yaracuy, en la Serranía del Interior y muy cerca de Chivacoa, en Venezuela.
En el sitio se venera a lo que algunos locales consideran una diosa indígena, un personaje conocido como María Lionza que es muy visitado por algunos peregrinos en Semana Santa.
Los creyentes eligen un rincón en el bosque o un recodo en el río para construir un altar desde donde invocarla. Normalmente lo decoran con fotografías, figuras y estatuillas, vasos con ron o aguardiente, cigarrillos en cruz, flores y frutos.
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